Lo que implica ser seguidores de Cristo
Cuando sostienes un crucifijo en tu mano, hijo, ¿qué sientes que te dicen las espinas, los clavos, la sangre divina?
Cuando sostienes un crucifijo en tu mano, hijo, ¿qué sientes que te dicen las espinas, los clavos, la sangre divina?
Un día, Alejandro Magno le preguntó a un gran sabio: “¿Cómo puede el hombre hacerse semejante a Dios?”. Y el sabio respondió: “Haciendo lo que solamente Dios puede hacer”. “¿Y qué es eso que sólo Dios puede hacer?”. “Amar a su enemigo”.
¡Esta es la cruz que reconcilia cualquier enemistad! Cuando refrenas tu lengua para no ofender, cuando controlas tu mano para no golpear, y cuando sometes tu corazón para que no odie… si haces esto, es que sabes portar tu cruz como nuestro Señor Jesucristo, y puedes hacer que los demás se salven, tal como lo hace nuestro Señor crucificado.
(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Scrisori către fiii mei duhovnicești, Mănăstirea Dervent, Constanța, 2000, p. 149)