Lo que necesitamos para hacernos mansos
Un corazón lleno de amor está listo para sacrificarse, porque nunca piensa en sí mismo, y ora no solamente por los seres vivos, sino también por todo lo que existe.
La mansedumbre consiste en tener un corazón humilde y sereno. Los niños lo tienen, por eso es que el Señor dijo: “Os aseguro que si no cambiáis y os hacéis como niños, no entraréis en el Reino de Dios”. Al orgulloso nadie le agrada; por eso, siente que todos le enfadan y juzga a todos según sus propio criterio.
Debemos obedecer al Señor y sanarnos, para poder alcanzar la mansedumbre y la humildad mientras nos quede vida. Un corazón lleno de amor está listo para sacrificarse, porque nunca piensa en sí mismo, y ora no solamente por los seres vivos, sino también por todo lo que existe.
(Traducido de: Starețul Tadei de la Mănăstirea Vitovnița, Pace și bucurie în Duhul Sfânt, Editura Predania, București, 2010, pp. 160-161)