Lo que se nos pide para poder salvarnos
En las mismas Escrituras se nos enseña que, para que el hombre pueda salvarse, es necesario el concurso de dos cosas, a saber: la Gracia de Dios y la voluntad del hombre.
La fe de nuestra Iglesia es la única correcta y en correspondencia total con las Santas Escrituras. En las mismas Escrituras se nos enseña que, para que el hombre pueda salvarse, es necesario el concurso de dos cosas, a saber: la Gracia de Dios y la voluntad del hombre. Las mismas palabras de nuestro Señor dan testimonio de la necesidad de la coexistencia de ambas.
Aunque vino para la salvación del hombre, el Señor no los salvó a todos, a pesar de que deseaba que todos se salvaran y vinieran a la verdad. Él solamente salvó a aquellos que aceptaron seguirlo, porque, cuando Cristo predicó, dijo: “El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo”.
Para la salvación se nos pide la renuncia a nosotros mismos, la cual, es justo decirlo, es imposible si falta la disposición adecuada y sin el libre albedrío. Pero Cristo predica también para aquellos cuya salvación depende de su cumplimiento de la ley, diciendo: “Yo soy la puerta: el que entre por Mí, se salvará. Sin Mí no podéis hacer nada”.
(Traducido de: Sfântul Nectarie de Eghina, Despre îngrijirea sufletului, Editura Sophia, București, 2009, p. 65)