Los dones se le dan al alma simple, humilde y obediente
El que es obediente y temperado en todo, en sus movimientos, en sus palabras y en su alimentación, recibe la oración por parte de Dios Mismo, para elevarla fácilmente desde el corazón.
Si tu mente desea orar en el corazón, pero no puede hacerlo, lee tus oraciones pronunciándolas con los labios y concentra tu mente en cada palabra, como dice la “Escala”: “Con el tiempo, el Señor te dará la oración en el corazón, sin pensamientos, y podrás rezar con facilidad”. Algunos se perjudican a sí mismos, forzándose a practicar la oración con la mente en el corazón, llegando al punto ya no poder orar ni con la boca. Pero tú debes conocer las disposiciones de la vida espiritual: los dones se le dan al alma simple, humilde y obediente. El que es obediente y temperado en todo, en sus movimientos, en sus palabras y en su alimentación, recibe la oración por parte de Dios Mismo, para elevarla fácilmente desde el corazón.
(Traducido de: Arhimandritul Sofronie Saharov, Sfântul Siluan Athonitul, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2009, p. 318)