Los frutos de la simplicidad
En el mundo, especialmente en el mundo de hoy, debes estar atento a la forma en que actúas. No obstante, en el monasterio o en tu círculo familiar no tienes justificación para no comportarte con simplicidad.
Padre, ¿podría decirse que la simplicidad consiste en comportarnos tal como nos sentimos en nuestro interior?
—Depende de dónde vivas. Para que el hombre actúe con simplicidad, debe encontrar un medio adecuado. En el mundo, especialmente en el mundo de hoy, debes estar atento a la forma en que actúas. No obstante, en el monasterio o en tu círculo familiar no tienes justificación para no comportarte con simplicidad. ¡Qué tedioso es cuando no hay simplicidad y confianza! En tales casos, para comunicarle algo al otro, necesitas darle muchas vueltas al asunto, explicarle una y otra vez... Con esto, la vida se convierte en un martirio, una tortura. En tanto que, en donde hay simplicidad, le dices al otro: “siéntate”, y él se sienta, “¡puedes irte!”, y se va, sin temor a que te malinterprete. En verdad, la simplicidad distiende, en mientras que la falta de simplicidad nos cansa, nos agobia.
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Patimi și virtuți, Ed. Evanghelismos, București, 2007, p. 272)