Los hábitos pecaminosos son como cadenas que atan al hombre
Los hábitos pecaminosos son como cadenas que atan al hombre: le quitan su libertad espiritual y lo mantienen preso en el pestilente pantano de los vicios. Para que una persona se pierda es suficiente un solo hábito vicioso, porque éste le abre la puerta del alma a todos los pecados e ignominias.
Los hábitos pecaminosos son como cadenas que atan al hombre: le quitan su libertad espiritual y lo mantienen preso en el pestilente pantano de los vicios. Para que una persona se pierda es suficiente un solo hábito vicioso, porque éste deja entrar en el alma todos los demás pecados e ignominias. Acostúmbrate a ser modesto: no te permitas ni siquiera la más pequeña insensatez con tu semejante, no te permitas ni siquiera tocarlo si no es necesario y el hábito de la modestia te hará más fácil alcanzar la gran virtud de la moderación. Así, aquellos que te rodean, sintiendo la modestia que vive en tí, te tratarán con templanza, como si estuvieran frente al agradable aroma de algo que es santo.
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Cuvinte către cei care vor să se mântuiască, Traducere de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2000, p. 45)