Los ignorantes que lo saben todo
De esto dio testimonio nuestro mismo Señor Jesucristo, cuando dijo a los saduceos que querían llevarle a la tentación: “Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios” (Mateo 22, 29).
¿Sabemos, acaso, quiénes son los más grandes ignorantes? Son aquellos que no conocen a Dios ni a Su poder. De esto dio testimonio nuestro mismo Señor Jesucristo, cuando dijo a los saduceos que querían llevarle a la tentación: “Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios” (Mateo 22, 29). Estos eran unos sabihondos, pero no creían en Dios y en la resurrección. Sabían de todo, pero ignoraban todo lo que respecta a Dios y Su poder. En verdad, el conocimiento de Dios es como una sal que sazona a todo el conocimiento, le da gusto y lo libra de cualquier mal uso. Los saduceos de nuestros tiempos son los europeos que, habiendo sido bautizados en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, desprecian el Bautismo y se avergüenzan del Nombre de Jesús. Por eso, todo el conocimiento resulta más dañino que la ignorancia del campesino, porque carece de sazón y suele ser utilizado para el mal. En vano se envanecen con sus conocimientos terrenales, en vano han llegado a considerar los conocimientos físicos la medida de la dignidad y grandeza del hombre. Porque, “lo que es estimable para los hombres, es abominable ante Dios” (Lucas 16, 15), como dijo nuestro mismo Señor y Dios.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Prin fereastra temniței, Editura Predania, 2009, p. 206)