Los justos de Dios
¿Seríamos capaces de ver a los santos con ligereza, sin devoción, sin apreciar su deificación y su unión con Dios?
Los santos son grandes por su condición espiritual, su fe, su inmutable esperanza en el Señor, su amor a Dios y su desprecio a las cosas del mundo. ¡Oh, qué pequeños somos frente a ellos! ¡No tenemos nada en común con su ejemplo de pureza! Los santos son grandes, gracias a sus sacrificios y privaciones: la templanza, las vigilias, el ayuno, la oración incesante, el conocimiento y la comprensión de la Palabra de Dios. Además, porque siempre tienen su mente unida a Dios. Si no nos podemos asemejar a ellos, ¿acaso podríamos dejar de honrarlos? ¿Podríamos dejar de pedirles, con toda devoción, que oren por nosotros? ¿Seríamos capaces de verlos con ligereza, sin devoción, sin apreciar su deificación y su unión con Dios?
(Traducido de: Sfântul Ioan de Kronstadt, Viața mea în Hristos, Editura Sophia, București, 2005, p. 227)