Los ojos son el lugar de encuentro de las almas
Observando el rostro de un ciego, inútilmente buscamos un punto de encuentro con él; sentimos, en ese momento, un misterio que nos atormenta, como si estuviéramos frente a una casa sin ventanas.
“Los ojos son el punto en donde se encuentran las almas”, dijo un sabio.
A través de la mirada, un alma penetra en la otra. La mirada es como una lámpara con la que entramos en otra alma, para examinarla y conocerla.
Observando el rostro de un ciego, inútilmente buscamos un punto de encuentro con él; sentimos, en ese momento, un misterio que nos atormenta, como si estuviéramos frente a una casa sin ventanas.
La mirada es una cuerda con la que la naturaleza ata a la persona. El individuo que es dominado por los sentidos, percibe toda la naturaleza sólo en sus formas. Se detiene en cada cosa y su asombro se manifiesta por cada cosa que ve. El hombre espiritual, sin embargo, derrite con el fuego de su mente todas esas formas y las convierte en un elemento original, asombrándose luego de este único elemento. Pero este es sólo el inicio de la espiritualidad.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Gânduri despre bine și rău, Ed. Predania, București, 2009, pp. 22-23)