Madurar para poder amar
La tragedia del mundo contemporáneo consiste en que somos demasiado egoístas, como si fúeramos niños mimados, y por eso muchos de nosotros no logramos encontrar el amor a lo largo de nuestra vida.
Yo creo que solamente las personas maduras pueden amar. El amor verdadero vendrá a ti en un solo caso: si eres capaz de madurar. Madurar significa vencer la soberbia, la autocompasión exagerada, la autodivinización, y algunas veces la excesiva degradación, cuando no somos capaces de decirle “no” al egoísmo de la persona amada, para ayudarla a cambiar.
Para poder madurar, cada uno de nosotros debe esforzarse en cambiar. Y hay que esforzarse con los demás, tanto con los más cercanos, como con los que están más lejos de nosotros, en casa, con nuestros vecinos, en el trabajo, en el autobús, en la calle, etc. Se trata de un esfuerzo diario por modelar nuestra propia personalidad, misma que presentamos ante los demás. La tragedia del mundo contemporáneo consiste en que somos demasiado egoístas, cual niños mimados, y por eso muchos de nosotros no logramos encontrar el amor a lo largo de nuestra vida. Caminamos y caminamos, y aunque el amor está cerca, justo a la vuelta de la esquina, no lo alcanzamos jamás… y así se nos va la vida. (Irina Karpenko)
(Traducido de: Dragostea adevărată, Editura Sofia, București, 2012, p. 114)