Palabras de espiritualidad

¡Mucha atención a las tentaciones del maligno!

  • Foto: Silviu Cluci

    Foto: Silviu Cluci

Lo que pretendo es hablar con la mayor claridad posible, para que, después de conocer las artimañas del enemigo, podamos cuidarnos del perjuicio que estas pueden llegar a causarnos.

Cuando no consigue forzarnos a perder la salvación, muchas veces (el maligno) infiltra sigilosamente, incluso en nuestra práctica de las virtudes, un señuelo que le ayude a destruir nuestro tesoro completo.

¿Qué quiero decir con estas palabras? Lo que pretendo es hablar con la mayor claridad posible, para que, después de conocer las artimañas del enemigo, podamos cuidarnos del perjuicio que estas pueden llegar a causarnos.

Cuando el demonio observa que no aceptamos con facilidad el pecado, porque evitamos caer en el desenfreno, eligiendo la templanza, y que le volvemos la espalda a la gula, que detestamos la injusticia, que rehuimos los placeres impíos, que ayunamos, que oramos y que procuramos practicar la caridad, no le queda más que urdir planes distintos y malvados ardides con los cuales pueda llevarnos a perder nuestro tesoro espiritual e impedir que obtengamos algún provecho de nuestras virtudes.

A aquellos que con grandes sacrificios logran sortear o vencer sus ardides, el demonio los empuja a envancerse por su éxito y sus victorias, para que busquen el elogio de los demás y terminen perdiendo la verdadera gloria (divina).

(Traducido de. Sfântul Ioan Gură de Aur, Diavolul și magia, culegere de texte patristice și traducerea lor în neogreacă de ieromonahul Benedict Aghioritul, traducere din neogreacă de Zenaida Anamaria Luca, Editura Agaton, Făgăraș, 2012, p. 26)