Nadie podrá salvarte, si tú mismo no haces nada
No importa cuánto te ame esa otra persona, cuánto desee ayudarte y cuánto haga por ti, que si tú mismo no haces nada y no quieres hacer nada, todo aquello será en vano.
Quienquiera que te ame, ore por ti y sufra por ti, podrá lograr muchas cosas en tu nombre, ante Dios. Pero no importa cuánto te ame esa otra persona, cuánto desee ayudarte y cuánto haga por ti, que si tú mismo no haces nada y no quieres hacer nada, todo aquello será en vano.
Puedes ser hijo de padres creyentes o esposo de una mujer devota, o padre de hijos piadosos... puede que vivas hasta el final de tus días al lado de almas llenas de fe, que si tú mismo no naces de nuevo, si tú mismo no presentas tu alma ante el Señor para que la purifique, morirás en tus pecados, sin conocer el Reino de Dios, sin ser salvo, y serás separado para siempre de esos seres queridos que sí fueron creyentes.
(Traducido de: Lacrimă și har, EdituraBonifaciu, Bacău, 2010, p. 143)