¡No desdeñes el poder de la oración, hermano!
El poder de la oración ayuda a la mente a velar y a ascender a lo alto. ¿Pero cómo puede llegar hasta el trono de Dios? Solo tienes que decir: “¡Perdóname! ¡Perdóname!”. Y Dios sabrá qué darte.
El arma defensiva más poderosa es la oración. Luego, ora con todo el corazón. Como dice el Evangelio, por nuestra paciencia obtendremos nuestras almas. Esto significa que Cristo sabía desde antes que todos viviríamos en la necesidad. La paciencia se adquiere por medio de la fe y la oración.
El poder de la oración ayuda a la mente a velar y a ascender a lo alto. ¿Pero cómo puede llegar hasta el trono de Dios? Solo tienes que decir: “¡Perdóname! ¡Perdóname!”. Y Dios sabrá qué darte. ¿Y si te sientes cansado al orar? Bueno, esto es algo normal. En el jardín de Getsemaní, el Señor les dijo a Sus discípulos: “¡Permaneced aquí y orad! ¡No os quedéis dormidos!”. Pero el sueño los venció. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil.
(Traducido de: Ca aurul în topitoare. Viața mucenicească a unui Iov al zilelor noastre: Anastasie Malamas, Traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2012, p. 41)