¡No esperes hasta el último momento para cambiar!
Dedica el tiempo que consideres necesario, con tesón y meticulosidad, a meditar sobre cómo te gustaría vivir tus últimas horas en este mundo, y después esfuérzate en empezar a hacerlo desde ya.
Si quieres estar preparado para la llegada de tu día final, dedica el tiempo que consideres necesario, con tesón y meticulosidad, a meditar sobre cómo te gustaría vivir tus últimas horas en este mundo, y después esfuérzate en empezar a hacerlo desde ya.
¿Te habría gustado escribir tu testamento? ¡Escríbelo hoy!
¿Hubieras querido confesar todos tus pecados y cumplir con el canon respectivo? ¡Hazlo hoy!
¿Te habría gustado reconciliarte con tus enemigos y hacerte amigo de corazón con tus adversarios? ¡Hazlo hoy mismo!
¿Hubieras querido enmendar tus injusticias y ser caritativo con aquellos que alguna vez rechazaste? ¡Puedes hacerlo ahora mismo!
¿Hubieras querido comulgar y recibir a Cristo en tu corazón? ¡Hazlo hoy!
Purificándote frecuentemente de esta manera, acércate a nuestro Señor Jesucristo, y verás cómo dejas de temerle a la muerte, para empezar a esperarla con paz y una santa alegría.
(Traducido de: Părintele Petroniu de la Prodromu, ediție îngrijită de Părintele Constantin Coman și Costion Nicolescu, Editura Bizantină, p. 286)