Palabras de espiritualidad

No hace falta sino un poco de perseverancia

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Tomamos un millón y lo cortamos en otro millón de partículas... Del tamaño de uno de esos pedacitos es el esfuerzo del hombre, es decir, su poca disposición. Muévanse hacia Dios, y en un momento vendrá la divina gracia.

Las cosas son simples y fáciles en la vida espiritual, en la vida en Cristo; es suficiente con tener discernimiento. Cuando algo les ataque —un pensamiento, una tentación, etc— rechácenlo y vuelvan la mirada, con atención, hacia Cristo. Él los tomará de la mano y les dará Su divina gracia en abundancia. Pero esfuércense un poco. Tomamos un millón y lo cortamos en otro millón de partículas... Del tamaño de uno de esos pedacitos es el esfuerzo del hombre, es decir, su poca disposición. Entonces, actúen e inmediatamente vendrá el Espíritu Santo. No hace falta hacer nada más. Muévanse hacia Dios, y en un momento vendrá la divina gracia. Una vez suspiren, vendrá y obrará. El Apóstol Pablo dice, “Oran por nosotros con suspiros silenciosos” (Romanos 8, 26). ¡Cuánta sabiduría! Estas no son simple palabras, sino la Palabra viva de Dios.

(Ne vorbeşte părintele Porfirie – Viaţa şi cuvintele, Traducere din limba greacă de Ieromonah Evloghie Munteanu, Editura Egumeniţa, 2003,  p. 253)