No importa cuánto nos denigren y nos insulten…
La paz del alma no es algo que podamos cultivar según lo que dice el mundo y como dicte el demonio, sino únicamente en conformidad con lo que nos recomienda el Espíritu Santo.
«El canon es algo bueno, pero no es nada en comparación con el esfuerzo que pones en apartar el odio de tu alma. No cejes en tu empeño de tranquilizar los impulsos de tu alma hacia tu hermano, como puedas y cuanto puedas, especialmente si se trata de una persona difícil.
Como te decía antes, la paz del alma no es algo que podamos cultivar según lo que dice el mundo y como dicte el demonio, sino únicamente en conformidad con lo que nos recomienda el Espíritu Santo, como hijos de la Iglesia de Cristo. Porque, sin importar lo que nos digan ni cuánto nos insulten nuestros enemigos, nosotros seguiremos siendo lo que somos: nosotros mismos».
(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Scrisori către fiii mei duhovnicești, Mănăstirea Dervent, Constanța, 2000, p. 61)