Palabras de espiritualidad

¡No importa lo que pase... tú sigue amando!

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

El amor no conlleva sufrimiento. Al contrario, hace a las personas felices y agradecidas unas con otras por la paciencia y el respeto demostrados en el esfuerzo que implica, mano a mano, en el camino de esta vida. En verdad, el amor es un esfuerzo, porque debes estar dispuesto, siempre, a seguir amando, sin importar lo que pase.

El amor lo cubre todo, todas las debilidades. Y no me refiero a un simple sentimiento, porque el sentimiento desaparece, es pasajero, eventual, mientras que el amor es eterno cuando los dos aman. Sí, esta es la ciencia de las ciencias, el más importante esfuerzo que el hombre podría realizar para hacerse mejor: cultivar permanentemente la relación con el otro, sin dejar, por apatía, que las cosas avancen por inercia. Porque cuando esto último sucede, cualquier relación auténtica se diluye en el vacío de la rutina, a cuyas espaldas —si no reaccionamos a tiempo— el amor comienza a esconderse, alejándose finalmente y muriendo, me atrevería a decir. El amor es eso que hace que los corazones latan al unísono; cuando esto deja de suceder, el amor se ha terminado.

Si tienes amor, tendrás también todo lo demás, porque al lado de quien amas en verdad te sientes bien y sosegado ante cualquier situación.

El amor no conlleva sufrimiento. Al contrario, hace a las personas felices y agradecidas unas con otras por la paciencia y el respeto demostrados en el esfuerzo que implica, mano a mano, en el camino de esta vida. En verdad, el amor es un esfuerzo, porque debes estar dispuesto, siempre, a seguir amando, sin importar lo que pase.

El sentimiento no puede estar siempre presente: es efímero. Y con el paso del tiempo, cuando empiezan a aparecer distintas situaciones difíciles, muere de forma tan fácil como súbitamente apareció, dejando tan sólo un sabor amargo. Al contrario, el amor se fortalece en las aflicciones, reforzando el carácter de los dos y ayudándolos a forjar un sólo camino, ése que habrán de andar juntos, para siempre.

(Traducido de: Dmitrii Semenik, Dragostea adevărată : taina dragostei înainte și după căsătorie, Traducere de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2012,pp 16-17)