No me olvides
Los corazones de muchas personas están atados al tuyo. Y su dolor te grita, incesantemente, “¨¡No me olvides!”
Paseando con su mamá a las orillas de un río, Corina preguntó:
"—Mamá, ¿Porqué se llaman “Nomeolvides” estas pequeñas y lindas flores, azules como el cielo y con un pequeño círculo amarillo en el centro? ¡Hay tantas aquí, a orillas del río!"
Y su mamá le respondió:
"—Es un nombre muy antiguo y te voy a explicar de dónde proviene. Se dice que hubo una vez un hombre que, partiendo en un largo viaje, fue acompañado por su esposa hasta las orillas del río. Al momento de separarse y viendo todas esas pequeñas flores azules, ésta recogió algunas y se las dio a su esposo, para que las guardara de recuerdo. Entonces, éste le dijo, 'También tú, amada mía, cada vez que veas alguna de estas flores, piensa en mí para que no me olvides'. Desde entonces se les empezó a llamar de esa forma."
Entonces, Corina dijo:
"—Pero yo, mamá, que no me he separado de mis papás, ni de mis hermanos, ni de mis hermanas, ¿de quién debo recordarme, cuando vea estas flores?"
"—¿De quién? De nuestros semejantes que están sufriendo en estos momentos, a quienes debemos ver como nuestros propios hermanos, y ayudarlos en sus necesidades, en la medida de nuestras posibilidades."
(Traducido de: În căutarea bucuriei. Povestiri pentru copii, părinți și bunici, Ed. Sophia, București, 2009, p. 40)