¡No olvides agradecerle al Señor!
Preséntale tu gratitud y agradécele con todo tu corazón, para que vuelva a ayudarte en el futuro, con aún más grandes beneficios.
Cada vez que Dios te ayude, sea a construir una cerca, una casa, un puente, a casar a tu hijo o a tu hija, a pasar algún examen, a salir con bien de alguna operación, preséntale tu gratitud y agradécele con todo tu corazón, para que vuelva a ayudarte en el futuro, con aún más grandes beneficios.
Pero si no le agradeces y olvidas Sus bondades, te asemejarás a los gadarenos que querían alejar al Señor de su ciudad (Mateo 8, 28 y ss.), como diciendo: “¡No te necesitamos! ¡Vete de aquí! ¡No te queremos agradecer por Tus bondades y Tus poderes! ¡No queremos recibir más Tus beneficios!”. ¡Que no sea así!
(Traducido de: Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie. O sinteză a gândirii Părintelui Cleopa în 1670 de capete, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 238)