Si la persona cae en pecado y después sigue pecando, ¿puede salvarse? ¿Cómo? ¿Puede llegar a caer en la desesperanza?

—No, ¡nunca hay que caer en la desesperanza! En la segunda oración del Sacramento de la Santa Unción, dice: “Tú eres Aquel que dijo: Cada vez que caigas, levántate, y así te salvarás”. Es decir, si caes, que jamás se te ocurra pensar que no podrás levantarte. ¡Y esto es un mandamiento! Desde luego que esto no significa que podamos seguir pecando. Son palabras que nos instan a obrar correctamente y a no perder la esperanza, aun habiendo pecado. También la Oración antes de la Confesión dice: “Tú eres Aquel que dijo: Tenéis que perdonar setenta veces siete a quienes hayan pecado”, es decir, infinitamente. Decía el padre Juan Negruțiu, del Monasterio Timișeni: “¡Cuando caigas, procura caer boca arriba!”. Es decir, aun habiendo caído, no te olvides de Dios, no te olvides de la salvación, no olvides que esa no es la última fórmula de tu existencia —el hecho de caer—, sino el saber levantarse.

(Traducido de: Părintele Teofil Părăian, Rugăciunea, pelerinaj către cer, Editura Doxologia, Iași, 2013, p. 52)