Palabras de espiritualidad

“¡No renuncien a Cristo por nada en el mundo!”

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Junto a esta santa señal resuena un mensaje lleno de alegría: ¡No el humanismo, sino el humanismo divino-humano! ¡No el hombre, sino Dios-hombre, Cristo, ante todo y más alto que cualquier otra cosa!

Todos los santos de Dios, quienes portaban a Cristo consigo, junto a los Santos Padres y, especialmente, los siete santos Sínodos Ecuménicos, concentran todos los problemas de la Iglesia de Cristo en el problema de Su Persona, como Dios-hombre, hasta que Aquel que es el más grande, el más valioso tesoro para todos los seres humanos se halle, no este mundo, sino en el Reino de Dios. El problema cristológico es su problema entero, único y más importante. Para ellos, Cristo, Dios-hombre, es el único valor de la Iglesia. Su mensaje eterno es el siguiente: ¡Renuncien a todo por Cristo, no renuncien a Cristo por nada en este mundo! Y junto a esta santa señal resuena un mensaje lleno de alegría: ¡No el humanismo, sino el humanismo divino-humano! ¡No el hombre, sino Dios-hombre, Cristo, ante todo y más alto que cualquier otra cosa!

(Traducido de: Părintele Iustin Popovici, Credința Ortodoxă și viața în Hristos, Traducere: prof. Paul Bălan, Editura Bunavestire, Galaţi, 2003, p. 49)

 

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