Palabras de espiritualidad

¡No renuncies a tu oración!

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Si tu mente se dispersa y ya ni sabes lo que estás diciendo en tus oraciones, no renuncies a orar. ¡No le des ese gusto al demonio!

Si al orar sientes que lo haces a la fuerza, o te sientes débil, sin fuerzas, debes saber que ese estado proviene del demonio, y que se trata de una tentación muy antigua. Arrepiéntete y pídele a Dios que te perdone por tu debilidad.

Asimismo, si tu mente se dispersa y ya ni sabes lo que estás diciendo en tus oraciones, no renuncies a orar. ¡No le des ese gusto al demonio! Tú sigue orando, como dice en el Paterikon: “Aunque yo no entienda mis palabras, el demonio sí que las entiende y se llena de temor”. Recuerda: sin esfuerzo, no es oración.

(Traducido de: Jean-Claude LarchetȚine candela inimii aprinsă. Învățătura părintelui Serghie, Ed. Sophia, București, 2007, p. 112)