¿No ves, hermano, el propósito de tus aflicciones?
“Sé que has tenido que enfrentar pena tras pena… ¿Entiendes qué significa esto? Que Dios se acuerda de ti”.
«Es normal que te entristezcas, pero hazlo con medida. ¡Adéntrate con el corazón en las promesas de nuestra luminosa fe, y cuántas revelaciones encontrarás en ella para consuelo de tus tribulaciones!
Sé que has tenido que enfrentar pena tras pena… ¿Entiendes qué significa esto? Que Dios se acuerda de ti. No es tan común pensar de esta manera, pero es así. Y Él se acuerda de ti, pero no con enfado, sino con misericordia. Tú ves solamente carencias y pérdidas, pero no la misericordia que se esconde tras ellas.
En este mundo hay más aflicciones que alegrías. Y tanto las unas como las otras nos son enviadas por Dios, sea para despertarnos de nuestro adormecimiento moral, o para purificarnos de nuestras faltas y pecados, o para llevarnos a la contrición, o para que crezca nuestra obediencia a Él, Quien todo lo dispone para que podamos demostrar nuestro valor, nuestra paciencia y nuestras demás virtudes, para que le glorifiquemos aún más».
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Sfaturi înțelepte, traducere de Cristea Florentina, Editura Egumenița, p. 236)