Nuestra forma de pensar es la guía de cada acto que hacemos
Usualmente, las personas creen que el pensamiento es algo insignificante, algo sin importancia, y por eso es que no se detienen a verificar y filtrar la mayoría de pensamientos que reciben.
«A menudo hablo contigo sobre la verdad. Quiero que entiendas lo importante que es vigilar tu forma de pensar, tu forma de razonar. El hombre es guiado inexorablemente por su forma de pensar: esa es nuestra luz. Por eso, tenemos que examinar minuciosamente nuestra luz, para que no se convierta en oscuridad, en una luz falsa que nos muestra las cosas no como son, sino de una forma diferente: “Mira, pues, que la luz que hay en ti no sea oscuridad” (Lucas 11, 35). Nuestra forma de pensar debe estar llena de la Verdad. Fuera de Cristo, no conozco ni entiendo alguna otra verdad, y ¿acaso no están ciegos aquellos que, sin importar quiénes sean, cuando Cristo se les presenta con la estremecedora grandeza de Su humildad, preguntan “¿Qué es la Verdad?”?
¡Cuánto deseo que entiendas el sentido de lo que te estoy diciendo! ¡Te lo suplico, porque de esto depende tu salvación! Usualmente, las personas creen que el pensamiento es algo insignificante, algo sin importancia, y por eso es que no se detienen a verificar y filtrar la mayoría de pensamientos que reciben. Sin embargo, de saber elegir solamente los buenos pensamientos depende todo lo bueno que podamos hacer, en tanto que recibir los malos pensamientos engendra únicamente cosas malas».
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, De la întristarea inimii la mângâierea lui Dumnezeu, Editura Sophia, 2012, pp. 165-166)