Nuestra única salvación es volver a la simplicidad
Dios le otorgó un enorme don espiritual al hombre: la libertad de elegir.
Dios le otorgó un enorme don espiritual al hombre: la libertad de elegir. Dios no lo obliga a salvarse, no restringe su libertad. Por eso, nosotros, utilizando esa libertad de elegir, caemos en muchas y diversas iniquidades, alejando aquel don de Dios, especialmente con nuestro egoísmo y orgullo.
Yo creo que, actualmente, la humanidad ha cambiado por completo. Años atrás la vida era muy difícil, con grandes sacrificios, penurias, pobreza... pero también con mucha alegría espiritual, simplicidad, una “santa ignorancia”. En nuestros días, todo es más fácil, más cómodo, pero como no sabemos utilizar las cosas de acuerdo a la voluntad de Dios, nos terminan alejando de Él. Hay demasiada confusión espiritual y aquella alegría simple ha dejado de existir. No sé, así veo yo las cosas, la humanidad se ha debilitado.
“Se animan entre sí... calculan todo” (Salmos 64, 6). Es decir que se pierde la fe y la simplicidad cuando el hombre quiere saberlo todo, cuando todo lo analiza. Nuestra única salvación es volver a la sencillez, a aquella ignorancia, para no llenarnos la mente con interrogantes y terminar perdiendo la fe.
(Traducido de: Stareţul Dionisie – Duhovnicul de la Sfântul Munte Athos, Editura Prodromos, 2009, pp. 282-283)