Nuestro corazón está en las manos de Dios
Ilumina tu corazón con la fe, fortalécelo con la esperanza, caliéntalo con el amor, inciénsalo con la oración, purificalo con las lágrimas, aliméntalo con la Sangre del Señor y elévalo al cielo como si fuera una vela encendida.
Está escrito en el Libro de la Vida: El corazón del rey está en las manos de Dios. Si reinas sobre los vicios, entonces eres un rey verdadero. Entonces tu corazón está en las manos de Dios. Y éstas lo conducen hacia el reino de la luz y de la vida eterna. ¡Lucha con valentía por la castidad y la pureza de tu corazón, para poder devolver ese don a Aquel que te ha dado todo!
Ilumina tu corazón con la fe, fortalécelo con la esperanza, caliéntalo con el amor, inciénsalo con la oración, purificalo con las lágrimas, aliméntalo con la Sangre del Señor y elévalo al cielo como si fuera una vela encendida. Sólo así podrás esperar en paz tu partida de este mundo terrenal, sin los estremecimientos del pecado o grandes remordimientos.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Inima în marele post, Editura Predania, București, 2010, p. 12)