Nuestros hijos serán mañana lo que somos nosotros hoy
Nuestros hijos son como pequeñas ramas que nacen de un mismo tallo. Ellos serán lo que somos nosotros, por eso no podemos permitirnos cometer injusticias, desenfreno o falsedades.
Nuestros hijos son nuestro futuro. Eduquémoslos, ayunemos junto a ellos; si muriéramos ahora, que les quede nuestro ejemplo: “mi papá ayunaba”, “mi mamá ayunaba también”, “mi mamá preparaba tal comida”, “mi abuela preparaba comida de ayuno”, “así hacían todo ellos”.
Y entonces, aunque con el paso del tiempo el joven cometa sus propias equivocaciones, recordará, tendrá un ejemplo que seguir. Nuestros hijos son como pequeñas ramas que nacen de un mismo tallo. Ellos serán lo que somos nosotros, por eso no podemos permitirnos cometer injusticias, desenfreno o falsedades. ¿Por qué? Porque todo eso lo aprenderán de nosotros. Es decir, las ramas se alimentan de la savia que les da la raíz.
(Traducido de: Preot Nicolae Tănase, Să nu-L răstignim iarăşi pe Hristos, Editura Agaton, Făgăraș, 2011, p. 130)