Nunca está solo el que sabe de Dios
No estás solo, porque estás con el Señor y Él está contigo. Escucha lo que dice el gran Pablo, apóstol de los pueblos, quien una vez, viéndose abandonado por todos, dijo, “Nadie se ha quedado conmigo, todos me abandonaron... pero el Señor está conmigo y me ha fortalecido”
No temas, no estás solo. Solo está el que no sabe de Dios, aunque todos los hombres sean sus amigos.
Uno que se halla en tal caso, rodeado de tantas amistades, dirá, “¡Me aburro! ¡No sé qué más hacer! Todo me aburre completamente”. Se trata de almas vacías de Dios, ceniza sin fuego. Pero tú no estás solo, porque estás con el Señor y Él está contigo. Escucha lo que dice el gran Pablo, apóstol de los pueblos, quien una vez, viéndose abandonado por todos, dijo, “Nadie se ha quedado conmigo, todos me abandonaron... pero el Señor está conmigo y me ha fortalecido”. Y ahora observa qué esperanza viva tiene Pablo en el Señor de la Vida: “El Señor me librará de todo mal y me salvará, llevándome a su reino celestial.” (II Timoteo 4, 16-18). ¿Ves cuán luminosamente pensaba y hablaba el siervo de Cristo, Pablo, en esos primeros días, cuando en el mundo entero no existía ninguna iglesia y ningún soberano cristiano? Pero actualmente todo el mundo está embellecido con tantas iglesias cristianas y los cristianos son ya cientos de millones.
(Traducido de: Episcop Nicolae Velimirovici, Răspunsuri la întrebări ale lumii de astăzi, vol. 2, Editura Sophia, Bucureşti, 2003, pp. 188-189)