Palabras de espiritualidad

¡Nunca estamos solos, si estamos con Dios!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Quien quiera estar con Dios, debe saber que lo tiene a Él. Sus palabras son, entonces, las de Dios, sus pensamientos también son los de Dios y lo que siente es como lo siente Dios.

“Luz de mi oscurecida alma, esperanza, protección, resguardo, consuelo y alegría mía”. Esto es la Madre del Señor para nosotros: ella nos lleva a nuestro Señor Jesucristo, Quien quiso y quiere protegernos, ayudarnos y resguardarnos, tal como lo hace una gallina con sus crías. Cada vez que veamos a una gallina cubriendo a sus polluelos con sus alas, pensemos que el Señor Mismo dijo: “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas!” (Lucas 13, 34).

Nunca estamos solos, si tenemos a Dios. Jamás estamos solos, cuando tenemos a los santos de Dios. Jamás podemos sentirnos abandonados, cuando Dios está con nosotros, cuando la Madre del Señor está con nosotros. ¿Quién puede sentirse abandonado? Aquel que quiere que los demás se aparten de él: el que insulta, el que miente, el que roba, el que hace escándalo, el que bebe, el que se embriaga y hace desmanes en su hogar. Le falta de don de Dios y bien podría decirle nuestro Señor Jesucristo. “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de sus alas, pero no quisiste!”. Quien quiera estar con Dios, debe saber que lo tiene a Él. Sus palabras son, entonces, las de Dios, sus pensamientos también son los de Dios y lo que siente es como lo siente Dios.

(Traducido de: Arhimandritul Teofil Părăian, Maica Domnului – Raiul de taină al Ortodoxiei, Editura Eikon, 2003, pp. 37-38)