¿Optimismo o charlatanería?
Hay más charlatanería que optimismo puro en quienes miran felizmente el mundo, pero consideran la muerte como el último punto de nuestra vida.
Este mundo es más perverso que todos los mundos que el hombre podría sufrir. No hay un mundo tan malo como este para los hombres… tal vez para los demonios.
Todos los hombres somos lo mismo; sin embargo, muchos huyen de este sentimiento como lo hace un nadador inexperto, el cual, asustado por la profundidad del mar, le vuelve la espalda a este y nada hacia aguas menos profundas, hacia la orilla.
Todos los hombres sienten lo mismo, y por eso consideran a los optimistas unos charlatanes, unos habladores. Y, en verdad, hay más charlatanería que optimismo puro en quienes miran felizmente el mundo, pero consideran la muerte como el último punto de nuestra vida.
El único optimismo sin charlatanería es ese que tiene el valor de reconocer las cosas terribles que hay en la vida, pero que también tiene el poder de considerar la muerte no un punto, sino una coma de la vida, después de la cual comienza una hoja en blanco, en la cual ya no se escribe con sangre y lágrimas, sino con los rayos de oro de la luz y la felicidad divina.
(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici, Învățături despre bine și rău, Editurea Sophia, București, 2006, p. 95)