Orar por los demás nos ayuda primero a nosotros mismos
Translation and adaptation:
Oremos y pidámosle a Dios por nuestros semejantes, pero no como si fuéramos santos y tuviéramos el privilegio de pedir lo que sea. Que nuestra oración nazca de la humildad, y entonces Dios rebosará Su misericordia sobre nosotros y sobre esos por los que estamos pidiendo.
Oren, no porque crean que son santos y que Dios escucha inmediatamente su oración, otorgándoles lo que sea que le pidan, sino porque esta oración —por los demás: por sus amigos y enemigos, por quienes les amen y quienes les odien— es edificante, ¡y qué gran cosa es esto! Por esto es que Dios permite que los pecadores oren por los justos.
(Traducido de: Părintele Gheorghe Calciu, Cuvinte vii, ediţie îngrijită la Mănăstirea Diaconeşti, Editura Bonifaciu, 2009, p. 32)
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