Palabras de espiritualidad

Otra explicación sobre el sentido del sufrimiento

    • Foto: Constantin Comici

      Foto: Constantin Comici

No es para perdernos que el Señor nos envía toda clase de sufrimientos, sino para purificarnos de toda pasión, vicio y pecado, y para hacernos herederos de Su Reino

Siempre ha habido, hay y habrá personas que sufran mucho, como Lázaro. Personas sin un rayo de luz, sin un ápice de alegría. Dios no le concedió a Lázaro la alegría de sanar. Ninguno de sus semejantes le ayudó jamás, para que bebiera hasta el último sorbo del cáliz de los sufrimientos. Solamente los perros venían a lamerle las heridas. ¡Pero con qué inefable felicidad se cerró la amarga vida en martirio de Lázaro! Inmediatamente después de morir, los ángeles vinieron y llevaron su alma al seno de Abraham, para que empezara a gozar de la felicidad eterna del Paraíso.

Por eso, amados hijos, no creamos infelices a aquellos que soportan, sin recibir consuelo alguno, los sufrimientos, la pobreza y cualquier otra clase de aflicción. Reconozcamos siempre la verdad cristiana, que es legítima, de que no es para perdernos que el Señor nos envía toda clase de sufrimientos, sino para purificarnos de toda pasión, vicio y pecado, y para hacernos herederos de Su Reino que es eterno y bienaventurado.

(Traducido de: Sfântul Ierarh Serafim Sobolev, Făcătorul de minuni din SofiaPredici, Editura Adormirea Maicii Domnului, București, 2007, p. 157)