Para entender mejor lo que son las pasiones
No hay nada que ataque de una forma más letal al hombre y nada que destruya de una forma tan rotunda la vida social, que estos crueles enemigos nuestros.
Pero ¿qué son la mala voluntad y las pasiones destructoras que todo el tiempo ciegan al hombre y crucifican a Dios?
La pasión es la más cruda manifestación de un egoísmo que ha alcanzado dimensiones verdaderamente monstruosas. Con las pasiones, el hombre no se conoce más a sí mismo como persona que busca mantenerse en comunión de amor con los demás, sino que se convierte en un objeto sometido por el pecado, en una realidad aislada y egocéntrica.
La pasión es un desprecio a Dios como centro de todo y una gravitación hacia sí mismo y hacia el mundo, pero no hacia sí mismo como persona ni hacia la verdadera realidad del mundo. Las pasiones se oponen a nuestra naturaleza, o, para decirlo de forma más precisa, son enfermedades de nuestra naturaleza, son anomalías de la naturaleza humana con la persistencia de la voluntad en complacerse con el pecado. Son, en sí mismas, algo irracional.
Las pasiones representan, para el ser humano, el peligro más grave y persistente, porque lo llevan al más bajo nivel de decadencia posible, dañándolo profundamente y empujándolo a la perdición. No hay nada que ataque de una forma más letal al hombre y nada que destruya de una forma tan rotunda la vida social, que estos crueles enemigos nuestros.
(Traducido de: Arhimandritul Paulin Lecca, Adevăr și Pace, Tratat teologic, Editura Bizantină, București, 2003, pp. 8-9)