Para ganarnos la verdadera paz interior
Refrena tus apetitos, oponte a tus caprichos, vence tus pasiones, y entonces tu espíritu se hará obediente a Sus mandamientos y permanecerá en una inefable paz.
Todos podríamos gozar de una paz inmensa, si nos importara menos lo que dicen o hacen los demás, especialmente lo que no nos atañe. “Mi paz os dejo, Mi paz os doy, no como la da el mundo” (Juan 14, 27). ¡Qué dulzura tan agradable, qué amor tan fuerte hay en esas palabras de Cristo!
Hay dos clases de paz: la paz de Jesús y la paz del mundo. La paz del mundo encierra todas las preocupaciones, las tristezas, la intranquilidad, el rechazo, los remordimientos. Jesús dice: “Conquístate a ti mismo”. Refrena tus apetitos, oponte a tus caprichos, vence tus pasiones, y entonces tu espíritu se hará obediente a Sus mandamientos y permanecerá en una inefable paz. Y entonces, todos los trabajos y sacrificios de la vida, las tribulaciones, las injusticias, las persecuciones… nada de eso podrá perturbar Su paz, esa que está más allá de todo entendimiento. Amén.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca, Cărarea Împărăției, Editura Charisma, 2007, p. 16)