Para no caer en la desidia y la impureza
Dios quiere que nos entreguemos incesantemente a Él, respondiendo con amor puro a Su amor puro y a Su voluntad de demostrar ese mismo amor a nuestros semejantes.
Nuestra vida no tiene una firmeza intrínseca, sino que todo el tiempo se halla en riesgo de caer al abismo de la desidia y la impureza. Por eso, debe ser sostenida y conducida con “mano dura” y una conciencia lúcida en el camino ascendente de la pureza, con la mente siempre dirigida a Dios, Quien quiere que nos entreguemos incesantemente a Él, respondiendo con amor puro a Su amor puro y a Su voluntad de demostrar ese mismo amor a nuestros semejantes.
Algo que nos ayudará mucho en este empeño es considerar que dicha pureza tiene como fuente y baluarte a la Persona suprema, o, mejor dicho, a la comunidad suprema de Personas, y no a una ley impersonal y severa. Aunque tienes que sentir que es tu deber dedicar tu vida a Dios, al mismo tiempo debes considerar que solamente por medio Suyo se puede lograr esto todo el tiempo.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 680 la Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre nevoință, în Filocalia X, Editura Humanitas, București, 2009, p. 409)