Para que nuestra contrición tenga valor
Ni la suma de todos los pecados de todos los hombres puede compararse con la inmensidad de la misericordia de Dios.
Verdaderamente grande es el poder del arrepentimiento. Ni el peso de los pecados, ni su profusión, ni una vida entera sumida en ellos, ni cualquier otra cosa puede vencer al poder de la conttición. Ni la suma de todos los pecados de todos los hombres puede compararse con la inmensidad de la misericordia de Dios; sin embargo, el hombre puede recobrarse solamente cuando vuelve al Padre celestial, confesándole sus faltas y llorando por ellas. ¡Qué grande es la piedad de Dios! Con esta admiración, vuelve en ti y empieza a odiar el pecado con una fuerza mayor que la de hasta hoy.
(Traducido de: +Protosinghelul Grichentie Natu, Din frumusețile viețuirii creștine, Editura Arhiepiscopiei Sucevei și Rădăuților, p. 98)