Para saber conservar el don
Si aquel que recibió un talento y lo conservó intacto fue castigado por no haberlo multiplicado, ¿cómo no habría de ser castigado quien lo pierda?
Puede que por esta razón Dios se demore en darte lo que le pides, para que te decidas a permanecer sin cesar ante Él, y para que, entendiendo qué es un don de Dios (y lo difícil que puede ser obtenerlo), lo conserves con todo esmero.
Y es que el hombre se afana en guardar lo que alcanza con mucho trabajo, porque, si lo puerde, habrá perdido también todo su esfuerzo; en este caso, apartadando la Gracia de Dios, llegaría a hacerse indigno de la vida eterna.
Por eso, no pierdas el ánimo si no obtienes inmediatamente lo que pides. Porque, si nuestro Buen Dios viera que, una vez otorgado Su don, no lo pierdes, te lo daría aún antes de que se lo pidieras. Pero ahora, porque Él cuida de ti, actúa de esta manera (es decir, no te lo da).
Porque, si aquel que recibió un talento y lo conservó intacto fue castigado por no haberlo multiplicado, ¿cómo no habría de ser castigado quien lo pierda?
(Traducido de: Despre rugăciune și trezvie în învățăturile Sfinților Părinți, Editura Egumenița, p. 21)