Para tener una fe verdadera
Cuando en la mente quedan residuos de sus propios razonamientos, después de grabarse en ella los conceptos de la fe, se produce una gran confusión.
La fe verdadera consiste en la renuncia a tu propia mente. Esta debe ser vaciada y presentada ante la fe como una tabla cepillada, para que la fe pueda grabarse en ella tal cual es, sin mezclar ni palabras ni juicios ajenos. Cuando en la mente quedan residuos de sus propios razonamientos, después de grabarse en ella los conceptos de la fe, se produce una gran confusión: la conciencia se atasca, atrapada entre las obras de la fe y las cavilaciones de la mente.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Tâlcuiri din Sfânta Scriptură pentru fiecare zi din an, Traducere din limba rusă de Adrian și Xenia Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, 2011, p. 38)