Pequeño manual de vida para jóvenes, del Padre Arsenie Boca
El concepto de vida cristiana, en la medida en que la tengamos, nos hace perseverantes en el pensamiento y en el deseo de llegar más allá de nuestra propia naturaleza, de divinizarla, por medio de la gracia, la misericordia y el amor de Dios hacia los hombres. Para esto utilizamos los recursos más comunes que tenemos a la mano: el aire (puro), la alimentación racional, el sueño y esa energía vital que no queremos desperdiciar en placeres, sino canalizarla hacia nuestro propio bien material y espiritual.
Un día vino a verme un chico, después de haber visitado al Padre Arsenie (Boca). Cuando le pregunté: “¿Qué te dijo el Padre Arsenie?”, el muchacho me respondió: “¿Sabe qué me dijo? "Oxígeno, glucógeno, sueño, atento a tus hormonas y no olvides tener un concepto de la vida cristiana”.
Está claro que el Padre tenía conocimientos de Medicina y por eso sabía que el hombre está formado también por un cuerpo: no sólo es alma. Yo a Ustedes ya les dí un manual para el alma. Pero viene el Padre Arsenie y les da también uno para el cuerpo, diciendo: Oxígeno. ¿Qué significa esto? Vivir en donde puedas respirar un aire lo más puro posible. Glucógeno: alimentarte racionalmente, porque sólo así se puede alcanzar un equilibrio orgánico. Tener glucógeno, es decir, el azúcar del hígado. ¿Cómo? Comiendo racionalmente, ni mucho, ni poco. Luego, sueño. Hay alguno que dice que el monje debería dormir tan sólo una hora. Si me encontrara con el que dijo eso, le diría que se equivoca. ¿Por qué? Porque el sueño es una bendición de Dios, y el Padre Arsenie se dio cuenta de ello. Por lo pronto, he encontrado en el tomo XI de la Filocalia que uno debe dormir por lo menos seis horas; ésto es más racional que lo que se menciona en el libro de los apotegmas de los Santos Padres, donde se enuncia que basta con una hora de sueño. Pero el Padre Arsenie dice que el sueño debe durar al menos seis horas consecutivas. “Al menos”, es decir, puede ser mucho más. Desde luego que no se trata de dormir diez horas seguidas, como hacen algunos durante el verano, acostándose a las diez de la noche y levantándose a las diez de la mañana. Es demasiado.
El cuarto punto: atento a tus hormonas, es decir, no malgastar tu energía sexual. Tanto el Padre como los otros sacerdotes que ejercemos el Sacramento de la Confesión, hemos conocido casos de personas destruidas por abusos de esta clase. Por eso decimos: estén atentos, no abusen de esta energía, no la desperdicien.
Y el quinto punto: tener un concepto de lo que es la vida cristiana. Es decir, no buscar otros conceptos de vida, como los del yoga, el zen y otros similares.
El concepto de vida cristiana, en la medida en que la tengamos, nos hace perseverantes en el pensamiento y en el deseo de llegar más allá de nuestra propia naturaleza, de divinizarla, por medio de la gracia, la misericordia y el amor de Dios hacia los hombres. Y para esto utilizamos los recursos más comunes que tenemos a la mano: el aire (puro), la alimentación racional, el sueño y esa energía vital que no queremos desperdiciar en placeres, sino canalizarla hacia nuestro propio bien material y espiritual.
(Traducido de: Părintele Arsenie Boca - Mare îndrumător de suflete din secolul XX, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2002, pp. 187-188)