¡Pidámosle al Señor que nos otorgue el don del amor!
Lo más importante es orar para que el Señor purifique nuestros corazones de toda maldad y nos otorgue las grandes virtudes cristianas: la mansedumbre, la humildad, el santo amor.
Hay muchas cosas por las que debemos orar, arrepintiéndonos de nuestros incontables pecados. Sin embargo, lo más importante es orar para que el Señor purifique nuestros corazones de toda maldad y nos otorgue las grandes virtudes cristianas: la mansedumbre, la humildad, el santo amor. Nunca olvidemos que la oración más importante es aquella que elevamos pidiendo obtener el amor. Y hagámoslo de la forma que Dios nos ponga en el corazón, por ejemplo: “Señor, dame el santo amor, enséñame a amar a todos mis semejantes, tanto a los que están cerca como a los que tengo lejos, tanto a los creyentes como a los que no lo son, así como Tú, Señor, nos amas a todos, pecadores e indignos”. Amén.
(Traducido de: Sfântul Luca al Crimeii, La porțile Postului Mare. Predici la Triod, Editura Sophia, București)