¡Pídanle a San Espiridón, con humildad y mucha fe, que seguramente vendrá en su auxilio!
“Al llegar, dejé mi lista de peticiones, decidiéndome a volver cada semana, para participar de la Divina Liturgia que todos los viernes se hace en honor al santo patrono de aquella parroquia...”
«Hace unos tres meses, una conocida me recomendó ir a la parroquia “San Espiridón” de (el municipio rumano de) Galați, para dejar mis peticiones y rezarle a ese santo, con la esperanza de que mis problemas pudieran resolverse. Aunque no sabía nada de San Espiridón, seguí el consejo de aquella persona y me puse en camino hacia el lugar señalado. Al llegar, dejé mi lista de peticiones, decidiéndome a volver cada semana, para participar de la Divina Liturgia que todos los viernes se hace en honor al santo patrono de aquella parroquia.
Y, en verdad, San Espiridón escuchó inmediatamente mis oraciones, ayudándome a encontrar un empleo y haciendo desaparecer el problema que afectaba mis rodillas, una dolencia que ningún tratamiento había conseguido eliminar. Asimismo, un enorme milagro ocurrió con mi esposo, quien tenía años luchando con una grave alergia que los médicos no conseguían aliviar. Así, como fruto de las oraciones a San Espiridón, mi esposo hoy se halla completamente sano.
Y un milagro más, que espero no sea el último: mi esposo y su hermano tenían años sin hablarse, vivían completamente alejados el uno del otro. Pero, milagrosamente, con la ayuda de San Espiridón se han reconciliado y han vuelto a hablarse, justo como antes. Así, ¡pídanle a San Espiridón, con humildad y mucha fe, que seguramente vendrá en su auxilio! “Santo Jerarca Espiridón, ora por mí y mi familia, y otórganos lo que nos sea de provecho!”.
¡Alégrate, Santo Jerarca Espiridón, gran hacedor de milagros!».
(Testimonio de la señora Mihaela Dănăilă)
(Traducido de: Sfântul Atanasie din Paros, Noi minuni ale Sfântului Spiridon, traducere de Părintele Ciprian Stanciu, Editura Areopag, Bucureşti, 2012, pp.14-15)