Palabras de espiritualidad

Pidiendo por el mundo, con la “Oración de Jesús”

    • Foto: Silviu Cluci

      Foto: Silviu Cluci

¡Cuántas personas se pierden! ¡Cuántos están a un paso del suicidio! ¡Cuántos están por cometer horribles crímenes! ¡Cuántos han perdido la esperanza, entre aflicciones! Debemos repetir la “Oración de Jesús”, por todas esas personas.

En este mundo hay mucho sufrimiento y maldad, y un creciente desconocimiento de Dios, que, como dicen los Santos Padres, es el pecado más grande. Por todo esto, tu deber es orar y derramar lágrimas. Cuando los cristianos “duermen”, el sacerdote debe poner su mente de centinela, es decir que su obligación es velar y orar por Su pueblo. Como sacerdote, tienes la enorme obligación de orar por los demás, porque Dios te confió el cuidado de Su pueblo.

¡Cuántas personas se pierden! ¡Cuántos están a un paso del suicidio! ¡Cuántos están por cometer horribles crímenes! ¡Cuántos han perdido la esperanza, entre aflicciones! Debemos repetir la “Oración de Jesús”, por todas esas personas. “Señor Jesucristo, ten piedad de todos Tus siervos” o “de Tu siervo”, mencionando el nombre de la persona, si así lo deseas. Luego tendrías que continuar sin mencionar nombres en específico. Dios sabe por quién estamos orando. No es necesario que pienses en los problemas particulares de cada quien. Sólo debes decir “ten piedad de Tus siervos”..

El padre Paisos Olaru enseñaba a sus hijos espirituales a decir: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros, para que el Señor los librara del egoísmo. Pero hay otra razón por la cual la oración por los demás es un esfuerzo necesario. Cuando oramos por alguien, inmediatamente Dios nos revela lo que esa persona necesita, y así podemos trabajar certeramente en su salvación. El corazón se vuelve sensible e indescriptiblemente hábil para reconocer al demonio y, al mismo tiempo, se llena de fuerza, para alejar al maligno. El alma, de esta forma, deviene en el mejor receptor del Espíritu Santo.

(Tradus de: Ierodiacon Cleopa Paraschiv, Arhimandrit Mina Dobzeu, Rugăciunea lui Iisus, Editura Agaton, Colectia „Rugul aprins”, Făgăraș, 2002)