Palabras de espiritualidad

Por medio de la oración nos protegemos de todo mal

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

A menudo nos llenamos de heridas con el mal que otros nos hacen. No podemos ya sonreir, ni trabajar, ni descansar, entonces cuando alguien nos insulta. Nosotros, de hecho, hemos sido llamados a orar tanto por nuestra paz como para poder entender las debilidades del que nos hirió.

Hay hombres malos en el mundo y ellos actúan así, con facilidad y hasta con placer. Es cierto que en su interior aún existe la imagen de Dios y que pueden hacerse buenos, si vuelven a Él y se arrepienten de su maldad... pero nosotros debemos aprender a protegernos de ese mal. ¿Cómo?

En primer lugar, orando diariamente. Basta con una pequeña oración por los buenos y por los malos, porque todos somos personas, débiles frente a las tentaciones. Quienes practican la maldad han sido heridos por la vida, quizá desde la infancia y por eso hacen lo que otros les enseñaron, muchas veces a la fuerza. Entonces, oremos por todos, cada día, aún brevemente, al amanecer, para permancer bajo la protección de Dios, de nuestro Santo (cuyo nombre llevamos) y de nuestro Santo ángel guardián.

Luego, en donde quiera que estemos, ante cualquier problema, persignémonos y bendigamos a todas las personas con quienes nos encontremos, pidiendo la ayuda de Dios para no sufrir de ningún mal. ¡Una pequeña oración no te quitará mucho tiempo!

(Traducido de: Maica Siluana Vlad, Dăruindu-ne, intrăm în bucuria Lui, Editura Doxologia, Iași, 2010, p. 212)