Por qué debemos perseverar en nuestra búsqueda de un padre espiritual
Les recomiendo que pregunten aquí y allá, y finalmente encontrarán el padre espiritual que necesitan.
Le preguntas a un conocido: “¿Quién es tu padre espiritual?”, y él te responde: “El padre R.”. ¿No te es suficiente? Entonces, vas y le preguntas a alguien más. Finalmente, preguntando a distintas personas, sientes que has encontrado el padre espiritual que buscabas y acudes a él. Ciertamente, no es fácil encontrar un padre espiritual que responda a tu propio estado, a tus problemas. Por eso es que debemos recordar la recomendación del Evangelio: “Buscad y encontraréis”. Pregúntale a uno y a otro. Desde luego que no se trata de preguntarle a la primera persona que te encuentres en la calle, sino solamente a aquellos verdaderamente preocupados por la vida en la Iglesia. Cuando estás empezando, puedes confesarte una o dos veces con algunos sacerdotes, para poder decidir cuál escoger como tu guía espiritual. También yo busqué minuciosamente uno, pero no encontré un padre espiritual al cual pudiera unirme para toda la vida. El padre Juan era insuficiente para mí, porque en ese entonces yo no entendía tanto el idioma ruso como para comprender todas sus recomendaciones. Así, busqué otro padre espiritual de más o menos la misma edad, valiéndome de todos los medios que tenía a mi alcance. Por eso es que les recomiendo que pregunten aquí y allá, y finalmente encontrarán el padre espiritual que necesitan.
(Traducido de: Arhimandrit Sofian Boghiu, Smerenia și dragostea, însușirile trăirii ortodoxe, Editura Tradiția Românească, București, 2002)