El silencio ha sido amado por todas las grandes almas, porque un alma así es capaz de sentir profundamente la verdad de aquel proverbio popular: “Las palabras son de plata, pero el silencio es de oro”. Cualquier hombre racional sabe, por experiencia, que él no es lo que dice de sí mismo, sino lo que calla. No lo que calla libremente, sino lo que calla a propósito, porque no puede decirse. Nuestras discusiones en sociedad son como pequeñas monedas que usamos para nos redimimos, mientras la más valiosa permanece dentro de nosotros, oculta. O bien nos presentamos en sociedad a través de fotografías tomadas apresuradamente, mientras nuestro verdadero rostro espiritual permanece dentro de nosotros, invisible. Por eso, los grandes versos son silenciosos; incluso Dios Mismo es más silencioso que todo lo demás, en tanto que las criaturas más pequeñas son ruidosas. Luego, ¿por qué habría sorprendernos que las grandes almas sean silenciosas?

(Traducido de: Sfântul Nicolae Velimirovici Episcopul Ohridei și Jicei, Gânduri despre bine și rău, Editura Predania, București,  2009, pp. 98-99)

https://doxologia.ro/tacere-1