¿Por qué la mujer alcanza la salvación trayendo al mundo a sus hijos?
Por medio suyo viene a la vida un ser a quien ha sido capaz de transmitir las esperanzas espirituales que hacen que el hombre sea en verdad hombre.
La educación es una cosa grande cuando de ella se ocupa la madre cristiana, en quien obran las fuerzas espirituales-morales que le dan tanto a ella como a su hijo la capacidad de vivir el bien auténtico, la belleza auténtica, la luz, el amor. Si todo esto es verdadero, no sólo exteriormente, “entrarán” en la carne y en la sangre del pequeño. Precisamente por eso es que la mujer alcanza su salvación al procrear: por medio suyo viene a la vida un ser a quien ha sido capaz de transmitir —si conscientemente, mejor— las esperanzas espirituales que hacen que el hombre sea en verdad hombre.
(Traducido de: Cum să educăm ortodox copilul, Editura Sophia, București, 2011, p. 58)