¿Por qué no te levantas del fango del pecado, hermano?
¿Es que le queda un poco de sentido común a aquel que cuida desmedidamente de su cuerpo, mientras permite que su alma se revuelva en el fango de las pasiones…?
Dios no se irrita tanto con el que ha pecado, como con aquel que, después de haber pecado, no se esmera en arrepentirse y no quiere enmendarse. ¿Es que le queda un poco de sentido común a aquel que cuida desmedidamente de su cuerpo, mientras permite que su alma se revuelva en el fango de las pasiones y desfigura el templo de Dios, sin pensar en las palabras: “Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él” (I Corintios 3, 17)? ¡En verdad, digno de toda lástima es aquel que de los miembros de Cristo hace una fosa llena de impureza!
(Traducido de: Patericul Lavrei Sfântului Sava, Editura Egumenița, Galaţi, 2010, p. 44)