¿Por qué se dice que es mejor callar que hablar de más?
¡Cuánto enfadan a nuestro Señor Jesucristo las palabras vacías, las palabras inútiles, las palabras vergonzosas y especialmente las palabras que matan!
Una simple palabra intempestiva, incluso una inocente, refieriéndote a alguien, puede tener una larga lista de consecuencias para ti, a cuál más grave. ¿Y quién te puede dar la certeza de haber sido perdonado por lo que dijiste? Desde luego que tu padre espiritual te puede absolver del hecho cometido, pero las consecuencias de ello siempre serán tuyas.
¡Qué ejemplo de mansedumbre da aquel que sabe callar y hablar bellamente de sus semejantes! ¡¿Y quién sabe cuánto ama Dios a aquel a quien todos los demás señalan con el dedo?! ¡Cuánto enfadan a nuestro Señor Jesucristo las palabras vacías, las palabras inútiles, las palabras vergonzosas y especialmente las palabras que matan! Luego, el control de nuestra propia lengua y de nuestro ser es algo que le agrada mucho a Dios, Quien lo recompensa con creces. ¿Ves, entonces, cuánto se puede ganar en un solo día manteniendo la boca cerrada?
(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Scrisori către fiii mei duhovnicești, Mănăstirea Dervent, Constanța, 2000, p. 33)