Por todo esto, ¡no pierdas el valor, hermano!
Hay una relación entre la demencia, la desesperación y la sensación de que el peso y el dolor no tienen límites.
La falta de coraje es lo mismo que el enardecimiento de la desidia, porque significa renunciar al esfuerzo de ser pacientes en la aflicción. Pero el problema es que el apocamiento agranda el tormento hasta alcanzar las proporciones de un sufrimiento similar al del alma en el infierno. En esto consiste la infinitud del infierno, que contiene también un elemento subjetivo.
Lo anterior lleva a la desesperanza y a perder por completo la mente. ¿Por qué? Porque hay una relación entre la demencia, la desesperación y la sensación de que el peso y el dolor no tienen límites.
Y en todo esto subyace una falta de entendimiento de la limitada realidad de la tribulación; es una prolongación subjetiva y sin límites de la oscuridad. La desesperanza y el infierno se hallan vinculados, así, al debilitamiento de la voluntad de ser pacientes, y la debilidad de la voluntad, a la ausencia de la Gracia Divina.
(Traducido de: Părintele Dumitru Stăniloae, nota 267 la Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre sfintele nevoințe, traducere, introducere şi note de Pr. Prof. Dumitru Stăniloae, în „Filocalia”, vol. X, Editura Institutului Biblic și de Misiune al Bisericii Ortodoxe Române, Bucureşti, 1981, p. 247)