Puedes componer tus propias oraciones
En cada salmo encontrarás un fervoroso clamor a Dios. Y puedes elegir los que se ajusten más a tu estado espiritual, los que te parezcan más cercanos a tu alma.
Cada uno es libre de elegir qué clase de oración desea practicar. Tú, por ejemplo, puedes leer el Salterio. Ahí, en cada salmo, encontrarás un fervoroso clamor a Dios. Y puedes elegir los que se ajusten más a tu estado espiritual, los que te parezcan más cercanos a tu alma. Después, trata de aprendértelos y repítelos una, dos, tres veces. Es bueno alternarlos con tu canon de oraciones y tenerlos en la punta de la lengua en todo momento y en todo lo que hagas. También puedes componer tus propias oraciones, para expresar de mejor manera tu necesidad; para esto, bien puedes valerte del modelo de las veinticuatro oraciones de San Juan Crisóstomo, que en tu libro encontrarás entre las plegarias de cada mañana.
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Războiul nevăzut, Editura Mănăstirea Sihăstria, 2013, p 201)